El fúbol vive de extrañas imprecisiones, de miedos y orgullos anidados en la maraña del subconsciente. Intocables se desempeña con holgura ante equipos titánicos y se desinfla raudo hasta achicarse ante los cojos de la tabla, aún no se sabe si víctima de su espíritu competitivo (vale lo que el rival) o presa de sus propios callejones psicológicos. Es por esto q el 10, una vez más ubicado en el sector sanitario del banquillo, capítulo bajas, recurrió a la guerra psicológica.
Para eso se ha recurrido al híbrido de perro q aparece en la imagen, un repóker de sutilezas caninas capaz de acongojar al rival con gemidos, lloros, ladridos, maullidos y en general cualquier tipo de gemido de la fauna animal. Fue venir el cuadrúpedo blanco y resonar la música del tiburón de spielberg, caer los goles en el saco de guille y brotar cual primavera nuestra última goleada, una floreciente nota de color en una temporada gris, confusa.
Escritas las florituras colguemos las secas medallas:
- 3 goles y partidazo de guilleko ono, a un pelo de ser el irresistible melenas de otras temporadas
- 2 goles y subidón de ego para majoney, q se encaramó en una pase de la muerte de la señorita ono para volver a ser el delantero afilado que hace dobletes
- otro gol y van la tira para Tira Ya, premio absoluto de la regularidad, q parece un monje zen administrando sus comidas, un partido, un gol, nunca más que resultaría soberbio.
- lesión y obsesión muscular para Frodo, q puede justificar sus fijaciones en los hermosos ojos de la señorita q tiene a bien acompañarle en matrimonio y, primus inter pares, LOS PARTIDOS DEL DOMINGO
- premio del público para Rodreski Busquetones, q al parecer sostuvo al equipo con paradones en la ausencia de mosquis/monstris/morcilla psicológica, yo no pude verlo