[Tirolés (3), Yoko Ono (2), Tira Ya, Abreu y S.Folleitor]
Este domingo Intocables se encaminó a la consecución de uno de los títulos más gloriosos de su arrastrada historia: el torneo de San Miguel. Como si fuéramos un barsa cualquiera nos tocó luchar contra un rival en inferioridad de condiciones, entreguista, que comenzó el partido con sólo cuatro jugadores en el campo.
Así llegamos al descanso con un estruendoso 7 a 1, pero lo más escandaloso del asunto fue la cantidad de goles que fallamos (inepcia total), el lamentable estado físico de la mayoría de nuestros (des)integrantes, y la lucha fratricida por no ponerse la camiseta de portero en la segunda parte, que Ro se regaló a sí mismo un intercambio de personalidades desde Busquets (portero invulnerable) a McGyver (atacante inefable).
Como Intocables siempre ha amado el riesgo pusimos a nuestro mejor jugador de campo (Yoko Ono) bajo los palos, y el resto nos dispusimos a corretear sin sentido para dar alas a la remontada rival. Tira Ya y algún otro generoso intrépido también se probaron como guardametas, para seguir con el regocijo del contrario, que redujo la distancia a sólo tres goles.
El asunto se zanjó con un zapatazo desaprensivo de Tirolés que selló el 8-4, más un vergonzante rondo que minó las depauperadas fuerzas del voluntarioso enemigo, terminando nosotros entonces como ventajistas y desvergonzados culés (mi madre qué asco).
A posteriori estudiamos de forma un tanto pasiva el encuentro siguiente, que medía a los otros dos contendientes del torneo en un enfrentamiento que esta vez mereció tal nombre. A nuestro staff técnico le parecía que ganarían “los de amarillo”, que desarbolaban una asfixiante presión en todo el campo, algo que desde ya nos pone a temblar y que requerirá de nuestra mejor sangre fría, además de la punzante firmeza en la salida del balón de nuestro lujoso (y tan indispensable) arquero titular, el gran Robusquets.
Acta del partido
